jueves, 17 de enero de 2013

Ruta de Don Quijote





2004 - Con estas palabras finalizaba el relato de estas jornadas "Y para finalizar; con un vasito de resoli para hacer la digestión, se despide el viajero de estas tierras manchegas en un frío y ventoso día del mes de diciembre del año 2004."

Comienza la crónica...

En el año 2005 se celebra el IV centenario de la primera edición de
El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”.

El primer ejemplar lo saco a la luz el librero Juan Cuesta al precio de 290 maravedíes.

La estrella de este IV Centenario puede ser la denominada
Ruta de Don Quijote”, un corredor verde de más de 2.500 kilómetros que puede convertirse en la vía eco-turística mayor de Europa y probablemente del mundo.

Comenzamos nuestra ruta en El Toboso para bajar hacia Tomelloso y Argamasilla de Alba, finalizando la primera etapa en la población de Ruidera.
Serán algo más de 80 kilómetros por carreteras de todo tipo y una docena por camino de tierra.

En la segunda etapa realizaremos aproximadamente los mismos kilómetros, 30 serán de tierra por un hermoso camino entre Infantes y San Carlos, terminando en La Solana.

En la tercera el recorrido será algo más corto terminando en en Almagro. Membrilla, Manzanares y Bolaños son las poblaciones visitadas.

La cuarta nos llevara hasta Puerto Lapice tras visitar Daimiel y sus lagunas y la población de Villarrubia.
El viento nos ha proporcionado otros 80 kilómetros de sufrimiento.

La quinta y última jornada nos llevara por Alcázar y Campos de Criptana hasta nuestro lugar de comienzo en El Toboso.
Poco más de medio centenar de kilómetros nos salen en esta última jornada.

Primera Jornada: El Toboso a Ruidera

 


El Toboso

El Toboso, es un buen sitio para comenzar, tan bueno como cualquier otro.
Pequeño y recogido, entre su caserío se encuentran dos importantes hitos cervantinos: la Casa de Dulcinea y el Museo Cervantino.
El primero, un bello ejemplo de arquitectura popular manchega con mobiliario y útiles de época. Es una casona de amplios patios con cocina, almazara, bodega y palomar, tradicionalmente considerada la de Doña Ana Martínez Zarco de Morales, personaje que pudo inspirar la figura de Aldonza Lorenzo, nuestra Dulcinea. Una detenida visita merece el Museo Cervantino donde poder contemplar curiosas y numerosas ediciones de “El Quijote”.
Por el camino, atravesando la amplia llanura manchega, sin duda el mayor viñedo del mundo, podemos contemplar algunas de las características construcciones circulares, denominadas “bombas”; son chozas de pastor, de forma abovedada, construidas con lajas de piedra sin argamasa.
Carreteras en buenas condiciones, poco tráfico y muchas obras, con y sin arcenes, viento, mucho viento, demasiado. Cerca de Tomelloso se incrementa considerablemente la cantidad de vehículos, serán 45.5 kilómetros los recorridos hasta esta población.
En Tomelloso, el subsuelo se encuentra excavado por más de cuatro mil cuevas. Bodegas preñadas de gigantescas tinajas de barro donde madura el apetecible vino de la tierra. Visita a la población y a pedalear los seis kilómetros que nos separan de Argamasilla.


Cueva de Medrano
Argamasilla de Alba, donde en la oscuridad de su cárcel bien pudo Cervantes escribir la novela de caballerías más famosa de la historia: “Don Quijote”.
En esta cueva-prisión de la Casa del Alcalde Medrano pudo comenzar a forjarse la leyenda del hidalgo caballero. Se remonta esta intuición hasta la época misma de Cervantes, alimentada por las alusiones que esté hace en el prologo de su novela
 “… Qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación …
y, sobre todo, con la mención de los académicos de la Argamasilla, cuyos sonetos y epitafios cierran la primera parte del Quijote.
Esta identificación queda confirmada ya en 1614 cuando el autor que se esconde bajo el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda escribe en el quijote apócrifo:
 “… al Alcalde, Regidores y hidalgos de la noble villa de Argamasilla de la Mancha, patria feliz del hidalgo caballero Don Quijote de la Mancha …” y sitúa precisamente aquí la tercera salida de nuestro protagonista
… El sabio Alisolán, historiador no menos moderno que verdadero, dice que “…” entre ciertos anales de la historia halló escrito en arábigo la tercera salida que hizo del lugar de Argamasilla el invicto hidalgo Don Quijote de la Mancha …”.
Curiosamente Cervantes, cuando escribe en 1616 su segunda parte del Quijote, desmiente y desautoriza con energía diversos particulares del Quijote de Avellaneda, pero no, la identificación relacionada con de Argamasilla.
Villazgo esté fundado por Juan de Zúñiga, alcalde de Peñarroya, y Diego de Toledo, prior de la Orden de San Juan, en 1531. Tras la rebelión de las Alpujarras en 1568 un buen número de familias moriscas se establecieron en Argamasilla, trayendo consigo un importante bagaje de conocimientos en técnicas de cultivo y riego desconocidas en la zona que han perdurado hasta nuestros días. Esta especialización favorece la construcción en el siglo XVIII del Gran Canal del Priorato de San Juan por Juan de Villanueva.
En 1862, otro prior, el Infante Gabriel de Borbón propietario de la Casa de Medrano la dedica a fines culturales, de lo que saca buen aprovecho el editor Manuel Rivadeneyra para un año después publicar su célebre Quijote, prologado y comentado por J. E. Hartzenbusch, quién afirma su convencimiento de la gestación del Quijote en la cueva, casa y cárcel de Medrano. Era está por entonces el clásico caserón manchego construido a dos alturas alrededor de un patio.
Después de un pavoroso incendio, perder una planta y otras vicisitudes en 1970 pasa a manos municipales y se declara “monumento de interés histórico-artístico” lo que no impedirá su total ruina. En 1994 se inaugura el 23 de abril, fecha de la muerte de Cervantes, el actual edificio cuyo sótano ha permanecido sustancialmente intacto y en cuyo interior presumiblemente estuvo encarcelado don Miguel. Merece una visita la iglesia de San Juan Bautista, comenzada a construir en 1542 por Juan de Onero y que una serie de avatares favorecieran que quedara inconclusa hasta nuestros días. En estos cuatro siglos, de sus dos torres gemelas, solo se ha llegado ha construir una finalizada en 1913.


Fortaleza de Peñarroya

El viajero atraviesa ahora un paisaje más variado. Circula por un camino que asciende aguas arriba el Guadiana, por lo que será la “futura” Ruta del Quijote. A doce kilómetros de Argamasilla, se encuentra la fortaleza de Peñarroya (también se accede por la carretera de Argamasilla a Ruidera), de origen musulmán y conquistada en 1198 por una coalición de las Ordenes de San Juan y Santiago, quedando definitivamente adscrita a la de San Juan en 1215. Situado sobre un acantilado que domina el río, donde se ha construido una presa y su consiguiente embalse, aun conserva dos recintos amurallados, la torre del homenaje, cuatro torreones y el patio de armas. Desde este patio se accede al santuario de Nuestra Señora de Peñarroya, patrona compartida por Argamasilla y La Solana.
Comienza aquí el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera que se recorre por carretera al no existir señalización alguna que permitiera utilizar los caminos adyacentes a las lagunas. Declarado Parque Natural de las Lagunas de Ruidera en 1979, esta formado por un conjunto de 15 lagunas y el pantano, se extienden por un total de 25 Kilómetros y un desnivel de 120 metros.
Siguiendo nuestro recorrido ascendente encontraremos; la laguna del Cenagal, la Celadilla y Cueva Morenilla. Pasada la población de Ruidera se encuentra; la Laguna del Rey, junto a la que Juan de Villanueva construyo por orden de Carlos III una fabrica de pólvora, La Colgada, Batanas y Salvadora, Lengua, Redondilla, San Pedro, Tinaja, Tomilla, y las dos últimas, Conceja y Blanca.
Las lagunas y su entorno forman parte de una comunidad vegetal típicamente meseteña, principalmente de encinar acompañado de un abundante matorral de coscojas, aliagas y espino. Entre la fauna merecen un especial interés las aves acuáticas como el ánade real, el pato colorado, la focha común, el somormujo y el porrón moñudo. A destacar las aves esteparias como avutardas, sisones y algunas rapaces.
“… Ruidera es la dueña a la que Merlín convirtió en lagunas junto a sus siete hijas y dos sobrinas…” escribió Cervantes.
Cuando llega el viajero a Ruidera, pueblo no excesivamente agraciado, caro y demasiado “turístico”, cae la noche y empieza hacer frío, mucho frío. Diciembre no es el mejor mes para recorrer estos parajes. Han sido algo más de 80 kilómetros y se merece un buen descanso.

Guía Práctica

Salida: El Toboso
Llegada: Ruidera
Época: Todo el año.
Porcentaje de ciclabilidad: 100%
Dificultad: Baja
Distancia: 80 Km.


Segunda Jornada: Ruidera - La Solana

 


Escudo nobiliario

Cerca de las lagunas se encuentra Osa de Montiel y a tres kilómetros la Cueva de Montesinos, inmortalizada por los encantamientos que allí sufre Don Quijote. Refiere Cervantes en el capítulo XXIII-2ª parte como Don Quijote desciende al interior suspendido de una cuerda y encuentra a Durandarte “Flor y espejo de Caballeros Andantes”.
La intención del viajero era seguir por caminos y veredas. Ante la falta de señalización y sin mapas detallados opta por el trayecto más corto para llegar a Infantes: por Carrizosa.
Camino de Infantes va pensando el viajero en la historia de la comarca y como la presión almohade y la ruptura del sistema de alianzas entre cristianos y musulmanes, obligan a los reyes castellanos y leoneses a promover la creación de Órdenes Militares, a las que se les encomienda la defensa de la frontera y otorgan bastas posesiones territoriales.
El territorio que estamos recorriendo estuvo vinculado a las Órdenes de Santiago y Calatrava y a su forma de actuación, lo que en parte forjo en parte la peculiaridad de la Mancha. Fomentaron una economía concreta, con predominio de la ganadería, pero vinculada al sistema establecido por las Órdenes; donde vasallos y colonos por influencia de la corona aragonesa, podían acceder a la propiedad de la tierra. Una sociedad que vive en poblaciones que reflejan una trama urbana desarrollada al amparo de las fortificaciones.
A partir del s. XII la caballería se convirtió en todo un modo de vida, en un código de conducta donde era obligada la práctica de valores de justicia, equidad, lealtad, integridad, prudencia, generosidad y amabilidad. Este código de caballería lo conocía Don Quijote, estrafalario y anacrónico pero defendiendo valores intemporales y universales.


Al fondo molinos de viento
Y casi sin darse cuenta, por buenas y solitarias carreteras recorre el viajero los treinta tres kilómetros que lo separan de Infantes.
Villanueva
, podría ser el mundialmente famoso “lugar de la Mancha” con que comienza El Quijote, al menos es lo que asegura una investigación realizada por un equipo multidisciplinar de la Universidad Complutense de Madrid. Este equipo propone a la localidad como lugar de comienzo de la aventura cuya localización ha permanecido cuatro siglos sin determinar. El estudio titulado “El Quijote como un sistemas de distancias tiempos: hacia la localización del lugar de la Mancha” “…es un interesante desafío implícito en el Quijote, como si Cervantes hubiera propuesto un acertijo para poner a prueba el ingenio de sus lectores…”.
En esta ciudad santiaguesa, enclave renacentista y barroco, se respira por sus calles historia y cultura. Desde el mismo momento en que el Infante Don Enrique de Aragón, maestre de Santiago, le concede su carta puebla (documento fundacional) empieza para la ciudad su momento de esplendor llegando a ser cabecera de todo el campo de Montiel.
Ciudad monumental con una importante riqueza arquitectónica que podemos comprobar nada más comenzar un paseo por calles y plazas. Descubriremos en sus fachadas más de doscientos escudos nobiliarios, edificios como el Palacio de los Melgarejo del s. XVI y la Casa-Cuartel de los Caballeros de Santiago. Su impresionante Plaza Mayor, de gran elegancia y armonía de formas y planta rectangular. En su ángulo norte se encuentran la iglesia de San Andrés del s. XVI y la casa rectoral, en el sur, a un lado amplias balaustradas de madera sustentadas en zapatas; al otro, equilibrados arcos de medio punto.
Digna de un sosegado paseo es la calle de Cervantes. Cerca nos queda la casa de Don Diego de Miranda, más conocida como la del Caballero del Verde Gabán de mediados del XVI en la que Cervantes da cobijo a Don Quijote. También aquí, en Infantes, Quevedo enseñó poética y murió en una celda del convento de Santo Domingo.


Camino de San Carlos

Deja el viajero el asfalto para pisar la tierra roja de La Mancha, serán cerca de treinta kilómetros hasta descubrir la brillante cúpula y orgullosas torres de la iglesia del Cristo. Desmontado, con las posaderas doloridas, bajo los soportales de esta increíble plaza mayor de San Carlos, repasando sus notas y maravillado en la contemplación de esta enorme iglesia del Cristo, recapacita el viajero para sus adentros con la casualidad: treinta y tres son los kilómetros hasta Villanueva desde Ruidera; el camino recorrido, el del Cristo y se encuentra a los pies de la iglesia del mismo nombre.
Se despide el viajero, no sin antes meter entre pecho y espalda un par de vasos de vino y su correspondiente compaña, de San Carlos del Valle con su sobresaliente Plaza Mayor y su monumental iglesia del Cristo.
La Solana, importante cruce de caminos para los ganaderos de La Mesta, se encuentra solo a poco más de catorce kilómetros por una carretera que nos llevara casi en línea recta.
Se conservan algunos monumentos esta época de esplendor como la iglesia de los Trinitarios, la ermita de San Sebastián, el palacio de los Condes de Casa Valiente sede de la oficina de turismo, o algunas casas palacio como las de las calles Empedrada, del Convente o Don Rodrigo.
Ya son setenta y ocho los kilómetros recorridos, cansados, muy cansados. El viento sigue sin amainar, incordiando, cuadruplicando el esfuerzo, hoy le ganamos, mañana puede ser favorable.

Guía Práctica

Salida: Ruidera
Llegada: La Solana
Época: Todo el año.
Porcentaje de ciclabilidad: 100%
Dificultad: Baja
Distancia: 78 Km.

Tercera Jornada: La Solana - Almagro

 


Pedaleando por La Mancha

No ha madrugado el viajero. Al termómetro aún le queda mucho para llegar a superar el cero.
Desayuna plato colmado de oreja de cerdo, vino y pan de la tierra, un buen café, mientras indaga entre unos y otros el mejor camino a Membrilla.
Decide finalmente volver sobre sus pasos unos seis kilómetros, desandar lo hecho el día anterior hasta llegar al río, para desde aquí girar a la derecha por el camino de Los Moledores.
Un cartel que dice: “OBRAS DE LA RUTA DE DON QUIJOTE”. ¡Bien! estamos en el buen camino, buen firme, buenas sensaciones. Por desgracia lo bueno dura poco, solo son tres los kilómetros consolidados y, después nada, ni una señal, ni una indicación.
En el kilómetro once: la duda. ¿Oeste? o ¿Sur?. Un paisano subido en su tractor la resuelve,
-a ala izquierda, pase una casa y al llegar a la carretera, a la derecha. Derecho hasta el pueblo.
El viajero no le lleva la contraria pero piensa que el otro parecía el más antiguo y “natural”. Al poco, la tierra es sustituida por el asfalto. El paraje, precioso. El río inundando lánguidamente los campos circundantes, las pollas de agua revolotean alocadas, el sol a sus espaldas pinta de plata las aguas mansas.
Membrilla al fondo, chaparra, pegada al suelo, del color ocre rojizo de la tierra. En el centro, la maciza iglesia con su corto pináculo, como pidiendo perdón por destacar sobre la inmensa llanura.
Y el viajero tenía razón: el camino era el otro, se lo confirman unos paisanos que tomaban el sol en la plaza. Seguimos sin saber nada de la “Ruta de don Quijote”.


Galerías Almagro
Un elegante camino asfaltado, custodiado por dos hileras de árboles nos conducen a Manzanares. Tras un corto recorrido por la población y algunas fotos decide continuar hacia Bolaños. Serán casi treinta kilómetros de monótono y aburrido arcén. No llegaran a cinco los kilómetros que separan esta última población de Almagro y cincuenta y nueve los de la jornada. El viento: a favor.
Almagro, de empedradas calles y toscas columnas, entrará en la historia gracias a la Orden de Calatrava al escogerla en el s. XIII sus maestres como residencia. En 1213 se le concede el fuero de villa, confirmado en 1222 por Fernando III. Alfonso X convocó cortes en esta villa amurallada y que tenía por parroquia a San Bartolomé el Real. En 1493 Cisneros dirige la fundación del monasterio de franciscanos de Santa Maria de los Llanos, hoy desaparecido.
Los problemas financieros del emperador traen a los banqueros alemanes Fugger, rentistas de las minas de Almadén. El clavero Fernando Fernández de Córdoba funda el monasterio y la universidad de Nuestra Señora del Rosario, el comendador mayor D. Gutierre de Padilla el Hospital de la Misericordia y el Monasterio de la Asunción de Calatrava. A caballo entre los s. XVI y XVII se levanta el Convento de Santa Catalina y de la Encarnación, se instalan los agustinos, los jesuitas, los Hermanos de San Juan de Dios y se construye el palacio del que será Conde de Valparaíso que convertirá Almagro en capital de la provincia hacia mitad de s. XVIII.
Apenas once años duro la capitalidad, pero esta perdida propicio el paso al titulo de ciudad, se construyo la Plaza de Toros (1845), el cuartel de caballería (1863), el casino y el teatro (1864), derribándose las murallas en 1886.
En los años 50 del pasado siglo se restaura el Corral de Comedias y se amplia el Ayuntamiento y la Plaza Mayor. En 1972, Almagro es declarada Conjunto Histórico-Artístico.


Almagro

Almagro es un bonito lugar que como una hermosa dama ya entrada en años conserva aún su serena belleza. Extraña e irregular Plaza Mayor, que antes fue de armas, con galerías que fueron publicas y transitables. Su Teatro de Comedias, antiguo mesón, dormitorio y antro de juego –se encontró una baraja pintada a mano fechada en 1729, escondida en la pared- de arrieros, tratantes y cómicos. Monumento nacional desde 1955.
Pero no por más modernos debemos dejar de visitar otros monumentos, probablemente no menos visitados, como El Pollo, El Santo, El Gordo, El Monaguillo y muchos otros donde degustar el asadillo, el tiznado, somallao, las rosas o los famosos duelos y quebrantos.

Guía Práctica

Salida: La Solana
Llegada: Almagro
Época: Todo el año.
Porcentaje de ciclabilidad: 100%
Dificultad: Baja
Distancia: 59 Km.



Cuarta Jornada: Almagro - Puerto Lapice

 


Tablas de Daimiel

De nuevo el viento; en contra, persistente, enérgico y desagradable. Piensa el viajero que su suerte no es todo lo buena que desea. Contaba con bajas temperaturas y buen tiempo. Pero tenia que haber previsto lo del viento. Por algo estamos en La Mancha la tierra de los molinos: ¡molinos de viento!
Se desarrolla durante el s. XV la sociedad daimieleña. Proliferan las hechiceras en los s. XVI y XVII lo que obliga a emplearse a fondo a la Santa Inquisición no pudiendo evitar el sambenito de “Daimiel pueblo de brujas”. En 1887 se le concede el titulo de ciudad por la Reina regente Maria Cristina.
No podemos dejar de visitar gótica la iglesia de Santa María La Mayor de finales del s. XIV que alberga en su interior el barroco Cristo de la Expiración.
¡Por fin! El viajero recorre si primer camino balizado con la señalización que había venido buscando. Algo más de ocho kilómetros restan de pedaleo hasta las tablas. Y treinta los que lleva recorridos, aunque a él le han parecido muchos más. El viento y él no se llevan demasiado bien.
Las primeras referencias sobre Las Tablas de Daimiel las encontramos en el libro de la caza de 1325, escrito por el infante D. Juan Manuel, aunque en las Relaciones Topográficas que mando hacer Felipe II en 1575 se da una relación mucho más detallada. Pero será en el siglo XX cuando alcance su fama de magnifico cazadero de aves acuáticas con las cacerías de Alfonso XII y su hijo Alfonso XIII.
Declarado Parque Nacional en 1973, tiene una extensión de 1928 ha., son el último representante de un ecosistema denominado como tablas fluviales. Estos humedales eran característicos de La Mancha hasta los años 60, las formaban el desbordamiento de los ríos en sus tramos medios, en este caso el Cigüela estacional y de aguas salobres y el Guadiana permanente y de aguas dulces.


Interior de las Tablas
La primera agresión seria a las tablas se produjo en 1960 con la puesta en marcha del proyecto de “Saneamiento y Colonización de los terrenos pantanosos de las márgenes de los ríos Guadiana, Cigüela, Záncara y afluentes”, lo que supuso la canalización de casi 200 Km. de cauces y la practica desaparición de las tablas y vegas encharcadas asociados a ellos.
En los años 70 comienza la sustitución de los tradicionales cultivos de cereal, olivo y vid de secano, por otros de regadío como el maíz y la remolacha lo que provoca el descenso de las aguas subterráneas y la consiguiente desaparición de fuentes y manantiales.
Desde entonces se ha tratado de enmendar la situación con el “Plan de Regeneración Hídrica” y el de Compensación de Rentas Agrarias”, más conocido como “Plan de Humedales”, consiguiéndolo solo en parte.
Entre la flora destacan las características formaciones de masiega, formando lo que posiblemente sea el mayor masegar de Europa Occidental. Las “ovas” son una planta subacuática que tapiza el fondo constituyendo una fuente alimenticia de primer orden para la fauna. Los tarayes son los únicos árboles que encontraremos en el interior del parque gracias a su resistencia a los suelos salinos. Especies como la enea mantienen una dura batalla con otras más resistentes como el carrizo en las épocas de sequía.
Las Tablas configuran un paisaje excepcional para la avifauna. Algunas las utilizan para invernar como el pato cuchara, la cerceta común o la garza real. Otras como lugar de nidificación como el pato colorado y el porrón europeo, la garza imperial, la garceta común, la garcilla bueyera y cangrejera, el martinete, avetoro y avetorillo, el somormujo lavanco, el zampullín y el fumarel. Otras, de paso y, algunas son sedentarias como el ánade azulón o el aguilucho lagunero.
Anfibios como las ranas, común y de San Antonio, el gallipato y el sapillo moteado. Reptiles como los galápagos, europeo y leproso, la culebra de agua y la bastarda.
Peces autóctonos como el cacho, el calandino y la colmilleja. Entre los mamíferos tenemos a la nutria como el mejor adaptado al medio acuático, siendo habituales el tejon, zorro, jabalí y conejo.


Don Quijote

Abandona el viajero las tablas por el antiguo camino de Molemocho a Griñon ascendiendo aguas arriba del Guadiana.
Pronto sale a una pequeña carretera sin apenas tráfico. La anécdota la proporciona el conductor de un vehículo; de esos que se venden por metros y una cara que reflejaba su sorpresa; boca abierta, labio descolgado y humedecido por la saliva. Atónito ante lo que veía: Uno –seguro que un loco- que pudiendo ir en coche va en bicicleta, y con este frío. ¡¡¡Burrr!!!
Al fondo, nuestros ojos contemplan con agrado después de tan amplia llanura las estribaciones de los Montes de Toledo con la sierra de Calderina en primer término.
Villa Rubeum en el s. XI, Villarrubia de los Ajos en el s. XVI y Villarrubia de los Oxos del Guadiana en el s. XVIII, ahora ha perdido el segundo apellido y actualizado el primero. La primera interesada en esta villa fue la Orden de Monfranc, quien adquirió de la mano del rey Alfonso VII el castillo de Villarrubia en 1148, pasando después a la Orden de Calatrava. También en esta villa se produjo en 1466 un hecho que pudo cambiar la historia de España; fue envenenado D. Pedro Girón, maestre de la orden de Calatrava, cuando iba a contraer matrimonio con Doña Isabel, infanta de Castilla y la futura Isabel la Católica.
Puerto Lapice es una población tradicionalmente asociada al Quijote. Atribuye la sabiduría popular que Don Quijote fuera armado caballero en la venta de este lugar.
Llegar a Puerto Lapice, solo son diez y siete kilómetros, va a costar al viajero más de lo que piensa, el cansancio y como no, otra vez el viento le va a dificultar su propósito. Desesperante.¡Por fin Puerto Lapice! Punto final. Ochenta kilómetros que han parecido ochocientos. Maldito viento.

Guía Práctica

Salida: Almagro
Llegada: Puerto Lapice
Época: Todo el año.
Porcentaje de ciclabilidad: 100%
Dificultad: Baja
Distancia: 80 Km.

Quinta Jornada: Puerto Lapice - El Toboso

 

Quizás la imagen más emblemática de La Mancha sean sus molinos.
Consuegra, Herencia y sobre todo Campo de Criptana conservan aun aquellos gigantes con los que lucho Don Quijote. En el catastro mandado hacer por el Marqués de la Ensenada a mediados del siglo XVIII constata que en esa época existían en el Campo de Criptana treinta y cuatro de estos molinos que bien pudieron inspirar la famosa aventura que se inicia en el capítulo VIII.
Ciudad poblada desde antiguo como se refleja en documento de 1086 donde estos territorios se incluyeron en la dote que el rey moro de Sevilla, Al Mutamid, dio a su hija Zaida al casarse con el rey Alfonso VI. En la villa se instalo en 1097 el rey moro de Denia tras derrotar a Alfonso VI en la batalla de Consuegra. En 1174 Alfonso VIII concede Criptana y Villanos a la Orden de Santiago que reconstruirá el castillo a principios del siglo XIII para ser demolido por los Reyes Católicos en el XV.



Señalización
Ruta de Don Quijote

El origen de Campo de Criptana parece situarse en torno al santuario del Cristo de Villanos. Tiene edificios notables como la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, o la casa de Tercia. En la Sierra de La Paz se asientan actualmente diez de los gigantes que vapulearon a nuestro héroe. Callejas estrechas, algunas con escalinatas, encaladas y serpenteantes, en las que todavía se pueden visitar algunas de las típicas viviendas-cueva manchegas como la Casa de los tres Cielos.
Hoy ha pasado el viajero por Herencia y Alcázar de San Juan sin entretenerse mucho, ganando algo de tiempo para regresar a casa. Han sido 52 kilómetros en esta última jornada.
Pero no quisiera despedirse sin hacer balance y decir algo sobre la comida de estas tierras.

Se recorren en esta tierra grandes distancias por despoblado, que se hacen excesivamente monótonas sobre todo por carretera.

El viento ha sido una constante durante todo el recorrido, en los largos tramos en los que sopla de frente, puede llegar a ser desesperante.

Las carreteras buenas en general, las autonómicas y locales presentan buen asfalto cuando no excelente y las generales poseen un arcen suficiente. Algunos tramos en obras sin nada especial que destacar.

Los caminos, dependerá en gran manera de si están consolidados o no, pues el paso de tractores marca en ella sus huellas, en especial con la tierra mojada, quedando en condiciones incomodas.

De la Ruta de Don Quijote no se ha visto gran cosa, es un gran proyecto que necesita concretarse en realidades. Las oficinas de información no disponen aun de información, después de Fitur (2005), veremos.


En camino
Lo que hoy llamamos con la ampulosa palabra de “gastronomía” no es más que el añejo “algo para comer”.
La cocina manchega esta fundamentada en su origen rural, ligada a la caza y a la huerta, al cordero y al ajo, lo que nos proporciona platos fuertes y caseros. El viajero podrá degustar recetas elaboradas a base de perdiz; estofadas o con judías. Platos más modestos como el pisto o las gachas, bien de pastor o de matanza.
Dignos de mención son el ajoarriero y el atascaburras, contundente plato a base de patatas, bacalao, huevo y ajo. Gazpachos o “galinos”, elaborados a base de torta de pan sin levadura y carne de caza. Guisos como las sopas de ajo, el potaje o la caldereta.
El “somallao”, los quijotescos “duelos y quebrantos”, morteruelo, el “tiznao” y el “asadillo”…, y según zonas jabalí y ciervo.
Al dicho popular “con pan y vino se anda el camino”-productos que abundan en la tierra- no podemos dejar de añadir el queso “manchego”, elaborado con leche pura de oveja.
Todo regado con el buen vino de la tierra. Blancos de Belmonte, claretes de Quero o los tintos de Mota del Cuervo. 
De postre pestiños y pellizcos. Mazapán, delicias de Mora u hornazo de Quintanar. Migas de duz, arrope, torrijas, enaceitaos, flores de La Mancha, barquillos y rosquillos de bote.
Y para finalizar; con un vasito de resoli para hacer la digestión, se despide el viajero de estas tierras manchegas en un frío y ventoso día del mes de diciembre del año 2004.

Guía Práctica

Salida: Puerto Lapice
Llegada: El Toboso
Época: Todo el año.
Porcentaje de ciclabilidad: 100%
Dificultad: Baja
Distancia: 52 Km.